Las coronas o fundas de porcelana son el punto máximo en naturaleza y belleza. Al momento de seleccionar el material a utilizar en la confección de una corona, aquella persona que desea tener lo mejor de lo mejor no debe dudar en elegirlas.
Sólo este material permite dientes imperceptibles a la vista del más detallista observador, y permite devolver la belleza de la naturaleza en dientes. Estas coronas no poseen una base de metal y tienen propiedades ópticas tales como traslucidez, opalescencia, fluorescencia, opacidad y reflexión que permiten que actúen bajo las distintas influencias de la luz como un diente natural. Interactúa ópticamente con el diente que está por debajo y se integra en una sola unidad.
No todas las coronas cerámicas son iguales, hay distintos tipos de cerámicas. La tecnología ha logrado generar cerámicas resistentes a altas cargas compresivas y tangenciales que trabajan como si fuera un metal (cerámica de oxido de alúmina, cerámica de oxido de zirconio, cerámica de di silicato de litio reforzado).
Las coronas están formadas por un núcleo o base de alta resistencia al cual luego se le funde una cerámica de baja resistencia que reproduce las distintas partes anatómicas de un diente natural. El juego óptico que se debe realizar para lograr los detalles internos y externos va desde tintes blancos, blanco amarillentos, anaranjados y ocres hasta azulados o grisáceos. Este juego es el proceso más artístico en la generación de un diente.
La resistencia de una corona cerámica es similar a las coronas convencionales con base de metal pero, todavía se recomienda realizarlas solo en los dientes de adelante o una o dos piezas más hacia atrás debidas a que estos dientes no son los más requeridos mecánicamente.
Para que el resultado sea el óptimo, se debe utilizar un cemento especial para este tipo de material y el odontólogo debe estar avezado en la utilización del mismo. En conclusión, en general se recomienda utilizar coronas cerámicas con base de metal en los dientes de atrás y coronas cerámicas libre de metal en los dientes de adelante.
Ver caso
Sólo este material permite dientes imperceptibles a la vista del más detallista observador, y permite devolver la belleza de la naturaleza en dientes. Estas coronas no poseen una base de metal y tienen propiedades ópticas tales como traslucidez, opalescencia, fluorescencia, opacidad y reflexión que permiten que actúen bajo las distintas influencias de la luz como un diente natural. Interactúa ópticamente con el diente que está por debajo y se integra en una sola unidad.
No todas las coronas cerámicas son iguales, hay distintos tipos de cerámicas. La tecnología ha logrado generar cerámicas resistentes a altas cargas compresivas y tangenciales que trabajan como si fuera un metal (cerámica de oxido de alúmina, cerámica de oxido de zirconio, cerámica de di silicato de litio reforzado).
Las coronas están formadas por un núcleo o base de alta resistencia al cual luego se le funde una cerámica de baja resistencia que reproduce las distintas partes anatómicas de un diente natural. El juego óptico que se debe realizar para lograr los detalles internos y externos va desde tintes blancos, blanco amarillentos, anaranjados y ocres hasta azulados o grisáceos. Este juego es el proceso más artístico en la generación de un diente.
La resistencia de una corona cerámica es similar a las coronas convencionales con base de metal pero, todavía se recomienda realizarlas solo en los dientes de adelante o una o dos piezas más hacia atrás debidas a que estos dientes no son los más requeridos mecánicamente.
Para que el resultado sea el óptimo, se debe utilizar un cemento especial para este tipo de material y el odontólogo debe estar avezado en la utilización del mismo. En conclusión, en general se recomienda utilizar coronas cerámicas con base de metal en los dientes de atrás y coronas cerámicas libre de metal en los dientes de adelante.
Ver caso
